02 junio 2013

Con Charles Taylor en Porto Alegre

Hace poco más de un año, anunciábamos con alegría el comienzo del Programa que une a los Posgrados en Filosofía de la PUCRS y de la FHUCE-Udelar, y por el cual alumnos y docentes uruguayos y brasileños pueden realizar misiones de estudio y trabajo en el país vecino. Las Lic. Luciana Soria y Maite Rodriguez, estudiantes de nuestra maestría, ya han realizado esta experiencia en 2012.
Actualmente, la Lic. Deborah Techera, que se encuentra en misión de estudios en Porto Alegre también en el marco de este programa, tuvo la oportunidad de asistir a la Conferencia que diera el filósofo canadiense Charles Taylor en Unisinos en São Leopoldo, Brasil.

Aquí compartimos su crónica de estas jornadas:



Sociedade, Religiões, Secularização. Ciclo de debates com Charles Taylor. Unisinos (São Leopoldo, Rio Grande do Sul)
 24 a 29 de abril de 2013

Dentro del ciclo de debates protagonizado por el profesor Charles Taylor en su primera visita a Brasil, tuve la oportunidad de asistir a dos conferencias de las tres que realizó. La primer conferencia fue acerca del debate liberales-comunitaristas. En general se trató de un repaso de algunos de los puntos centrales de su obra, centrándose en la idea de reconocimiento.

El malestar ante el cambio
Taylor sostuvo que para construir una democracia tenemos que redefinir lo que significa ser un ciudadano, pues esa definición era más fácill en el pasado. Ahora la democracia “de igualdad” no puede sostenerse más; en el sentido de que va a continuar habiendo una cultura común, pero que siempre estará cambiando. Sin embargo las personas estamos acostumbradas a la continuidad, y nos molesta redefinir, aceptar los cambios (define esto como una de nuestras más importantes reacciones emocionales). Ciertas cosas que hemos implementado no van a continuar para siempre, tienen que ser redefinidas. Una ciudadanía moderna, diversificada, tiene que ver con su propia reforma. Por ejemplo, los casamientos gay. En los años 60 los derechos de los gay comenzaron a ser reconocidos, se reivindicó su identidad y se les reconoció, y eso derivó en las leyes actuales de casamiento gay (ejemplo que es muy claro para la actual situación de Uruguay al respecto). “La familia”, ¿está amenazada por este acontecimiento? Responder afirmativamente implica el malestar ante el cambio. Es una característica central de las democracias diversificadas y se produce, más allá de las migraciones, por personas que se redefinen. Taylor cree que para superarla, vamos a tener que tener agilidad para reinventarnos.

La “cuestión indígena” y la educación superior en Brasil
El formato de la presentación estuvo estructurado pensando en el intercambio y el debate, por tanto luego de unos 40 minutos de exposición, se abrió el espacio para preguntas, y un tema muy presente fue la “cuestión indígena” en Brasil. Dos preguntas en particular refirieron a una propuesta que pretende crear un curso de educación superior para indígenas. En primer lugar, se le preguntó sobre si el hecho de que ellos (los indígenas) “estudiaran nuestra cultura” haría que “la suya se diluyese” En otras palabras, quien realizó la pregunta queria saber qué opinaba Taylor de la postura de “no tocar” a las comunidades indígenas en pro de la preservación cultural y ecológica.
Taylor respondió que no sabía qué responder a la situación específica, qué el puede hablar desde su situación, desde lo que conoce. Le parece que es importante que nos preguntemos ¿qué es preservar la cultura? y suigiere que tal vez “es 500 años demasiado tarde para ello”. En Canadá, cuenta, existe una amplia gama de situaciones difíciles. Está el caso de las tribus inuit; su lengua está viva y en parte es porque las mejores políticas que se elaboraron tienen que ver con su integración en la sociedad canadiense. Se crearon organizaciones para preservar su lengua, el costo es que no pueden ser unillingües, sino bi o trilingües. Educan a sus hijos en su propia lengua, pero también en francés y/o inglés. Este tipo de situación mixta es la mejor posible, mejor al menos que la de aquellos que perdieron totalmente su lengua. Tornar posible el acceso a la educación superior puede ser, según él, parte de la respuesta.
Surge también la cuestión de si el Estado tiene obligación de invertir recursos públicos para desarrollar una cultura particular, para reivindicarla. Para Taylor, un liberal no cuestionaría ese “aislamiento”, pero ¿hay derecho a pedir intervención estatal?¿tenemos la obligación de ayudar a reivindicarla? Sostiene que la unica solución humanitaria para la integración indígena es la preservación de lo que le es suyo, mediante culturas híbridas.

Entrar en contacto debería ser una elección
Otro comentario interesante presentó la cuestión de que en la Amazonia, existen pueblos aún no contactados por el estado, que sin embargo prevé la construcción de centrales hidroeléctricas que afectarán esas comunidades. Taylor cree que es importante el hecho de que esos pueblos no escogieron entrar en contacto, menos aún através de centrales hidroeléctricas, y por tanto, las opciones son extremas en este caso. No forzar el contacto si los indígenas no quieren es no tener energía eléctrica; no se puede decir que se respeta su deseo de no tener contacto y aún así poner las centrales. O el Estado se queda afuera, o se planifica en colaboración con ellos, no parece haber un término medio.

El Estado no puede “darles las reglas pero negarles los medios”
También en relación a las culturas indígenas se le consultó a Taylor sobre qué posición puede tomar el Estado ante fenómenos como el infanticidio de los enfermos congénitos en algunas tribus. En “nuestro mundo”, responde Taylor, tenemos instituciones que pueden hacerse cargo de las personas con ciertas enfermedades, pero en estas tribus no. Vuelve a comentar el caso de los inuit que “descartan” a los ancianos, y es un comportamiento cultural totalmente aceptado por todos, incluidos los ancianos. Podemos pensar que nuestra sociedad es mejor, por no realizar ese tipo de “abandono” pero debemos tener claro que no hay condiciones para mantener ese tipo de personas en las tribus pequeñas. El Estado no puede obligarlos a dar esos cuidados si no hay integración y si no posibilita sus condiciones para implementarlo, no puede darles las reglas pero negarle los medios.

Honneth y el debate liberales-comunitaristas
Por otra parte, se le consultó acerca de dónde localizaría a Honneth en el debate entre las posturas liberal y comunitarista y si considera que tiene éxito al intentar traspasar la división formal entre moral y ética (con las tres esferas universales con contenido histórico cambiante). Para Taylor la propuesta de Honneth es útil e interesante porque aborda muchas dimensiones. La dificultad es que permanece en un nivel de generalidad grande de más. Los diferentes tipos de situaciones y culturas, la cuestión de qué es lo importante en cada una, será tan diferente que para implementar esa ética del reconocimiento hay que conocer cada situación mucho más que en sus características generales. Considera su planteo insuficiente, incompleto, respecto de qué hacer en los distintos contextos. Simplemente las reglas generales no pueden ser entendidas sin una noción de lo que es importante para la vida; eso puede ser generalizable hasta cierto punto, pero cada cultura tiene inflexiones diferentes. Para saber lo que es importante y lo que es trivial se tiene que conocer, no generalizar desde el propio caso. Cualquier “haga eso y no aquello” puede ser interesante, pero no llega a conocer lo importante para cada uno. No torturar o no matar, tal vez puedan ser valores  incuestionables en cualquier parte, pero hay otros como la libertad, por ejemplo, con los que tenemos que tener más cuidado. Tenemos que conocer los detalles de muchas cosas para complementar las reglas generales.


Al finalizar el intercambioTaylor se dice pesimista y optimista a la vez. Pesimista en tanto cree que nunca vamos a llegar a una democracia perfecta, con todas las identidades reconocidas; optimista porque afirma que podemos intentar llegar, siempre vale la pena luchar.

Por Deborah Techera